Menopausia y cáncer de mama

Prendí una vela. Y mi amiga Andrea me llamó. En Santo Domingo hacía mucho calor, llevábamos unas cuantas horas sin luz en la ciudad y la planta eléctrica del edificio no funcionaba. El huracán del cual no recuerdo el nombre, había pasado con fuerza por el norte de la isla, devastando Haití. Si has vivido en República Dominicana, entenderás de lo que te hablo. La planta quedaba cerca de mi ventana y no me gustaba demasiado que la encendieran. Porque hacía mucho ruido y, además, olía a gasolina. Era un mal plan.

Andrea es una mujer muy serena, elegante, austera, con las ideas claras, que ha vivido el cáncer muy de cerca: en su abuela, en su tía, en su padre, en su madre… Mi querida amiga estuvo hablándome de sus hijos y de su nueva casa, me contó algunos chistes y durante más o menos una hora fue como si estuviéramos juntas en Barcelona tomando té. Ella suele poner las cosas fáciles a las personas, forma parte de su austeridad:

– Por cierto, mi hijo ha empezado a hablar y yo tengo cáncer de mama.

Así es mi amiga Andrea… ¿Toca cáncer? Pues lo afrontamos y punto.

Es una valiente.

Yo, más aterrorizada que ella y, por si acaso su fortaleza no le bastara para vencer al cáncer, prendí una vela pensado en ella. Estoy segura de que Andrea hubiera hecho lo mismo por mí. Y también, decidí, al terminar la llamada, que no pasaría mucho tiempo más en Quisqueya. Pero esta es otra historia que no viene al caso, aunque hable de amor, afectos y relaciones sociales sanas.

Los estudios clínicos sobre menopausia llaman a las mujeres que han superado un cáncer de mama, “supervivientes”. De hecho, es el cáncer con mayor índice de supervivencia en la población femenina. Una doctora amiga mía opina que esta palabra resulta extraña, que es como si le añadiera aún más dramatismo al drama que el cáncer es en si mismo. A mí me parece que el hecho de superar cualquier cosa que te sobrepase, altere tu existencia o ponga en riesgo tu vida, es algo heroico. Por lo tanto, yo sí las llamo supervivientes.

El Doctor Sánchez-Borrego cuenta en las Menoguías de la Asociación Española para el Estudio de la Menopausia, que, las mujeres con cáncer de mama a menudo experimentan una menopausia temprana debido a los tratamientos del cáncer. Y que, en estos casos, no se recomienda la terapia hormonal (ni por vía oral ni parche). Puesto que las hormonas pueden aumentar la probabilidad de que el cáncer vuelva a aparecer. También explica, el Doctor Sánchez-Borrego, que “los sofocos pueden deberse al cese prematuro de la función ovárica, causada por quimioterapia o por una terapia hormonal adyuvante (terapias con tamoxifeno, anastrozol, letrozol, exemestano. Ooforectomía, agonistas de la hormona liberadora de gonadotorfinas)”

Los médicos no recomiendan la terapia con estrógenos a las mujeres supervivientes de cáncer de mama por miedo a que el cáncer se pueda reproducir y ofrecen algunas opciones alopáticas como son los antidepresivos para paliar los sofocos y también soluciones naturales para el tratamiento de síntomas vasomotores de sofocos, ansiedad, depresión y sequedad vaginal, entre otros.

– Tratamientos naturales para los síntomas de la menopausia en mujeres supervivientes de cáncer de mama:

Debes entender que, al ser naturales, los efectos no serán tan inmediatos como los de cualquier medicamento de síntesis. Pero con tiempo y constancia lograrás sentirte mejor. Bien, que es de lo que se trata.

1- Terapia psicológica para la depresión asociada a la menopausia:

Es delicado puesto que se pueden juntar la labilidad emocional de la menopausia con la del cáncer, pero con psicoterapia y acompañamiento se puede subsanar. De hecho, hay estudios científicos que concluyen que la terapia piscológica en mujeres con menopausia reduce las molestias por sofocos a corto y medio plazo y los síntomas de la menopausia a corto plazo. Asimismo, mejora los síntomas vasomotores y psicosexuales que no pueden aliviarse por completo con otros tratamientos.

2- Meditar para la ansiedad en la menopausia:

Existen evidencias científicas sobre los efectos del mindfulness sobre los síntomas psicológicos de la menopausia, siendo de menor consistencia los resultados obtenidos sobre los efectos de dicha terapia complementaria para tratar los síntomas vasomotores.

3- Maca para los sofocos en la premenopausia y menopausia:

La maca es una planta adptógena y herbácea nativa de los Andes del Perú y Bolivia, donde se cultiva tanto por sus cualidades nutritivas como por su fama, que sostiene que sus raíces tienen propiedades que aumentan la fertilidad y mejoran la libido. Y resulta que los pueblos andinos saben bien lo que toman desde hace siglos, pues ahora hay estudios clínicos que demuestran que la maca ayuda a calmar a las menopausias más ansiosas, desanimadas y sin libido.

4- Hipérico y cimicífuga para la ansiedad y la depresión en la premenopausia y menopausia:

Escribí esto en mi libro Mi amiga Meno y yo y creo que es ahora el momento de compartirlo contigo:

Al hipérico también se le llama hierba de San Juan, porque sus flores amarillas se recolectan precisamente en ese día. Su floración es tan corta que me habla. Es como si la planta solo quisiera otorgar el secreto de su efectividad a aquellos pocos que la busquen durante
su día. En realidad, es una planta con propiedades antidepresivas que a mi amiga Meno y a mí nos sentó de maravilla.

Nuestra otra compañera fue la cimicífuga o black cohosh. Una planta originaria de América del Norte, cuyo principio activo se concentra en la raíz. Isabel me advirtió que hay que tener mucho cuidado con el hígado, pues lo puede dañar incluso si no eres una persona especialmente susceptible. Al fin y al cabo, las plantas son farmacología y también tienen dosis recomendadas, efectos secundarios y contraindicaciones. Aunque mucha gente las tome pensando que son inocuas y muchas se vendan sin receta ni prospecto.

Si vuestra amiga Meno es de las bordes, la combinación de cimicífuga e hipérico es una alianza que os puede ayudar. Ya hay investigaciones que demuestran que, si se toman juntas, entonces se llevan tan bien con Meno que se convierten en un tratamiento Meno-específico. Calman los sofocos, la ansiedad, el insomnio, la montaña rusa emocional, el mal humor y los problemas genitales. Nada mal.”

5- Tratamiento hormonal local para la sequedad vaginal:

Consúltalo con tu médico, podría ser una opción para ti.

6- Láser para el síndrome genitourinario de la menopausia:

Dice una doctora, maestra y amiga mía, que el futuro es la aplicación del láser para el tratamiento del síndrome genitourinario. Mejora la elasticidad y repara los tejidos vaginales, cosa que lo convierte en un tratamiento estupendo para todas las mujeres en menopausia y postmenopausia, ya sean supervivientes de cáncer de mama o no.

Y quisiera decirte a ti otra cosa más: si nadie más en tu círculo de familiares o amigos te lo dice hoy, eres preciosa, inteligente y sabia. Que estás en un proceso maravilloso, quizás incómodo o doloroso, pero te aseguro que vas a alcanzar más poder del que imaginas.

¿Vamos juntas a por tu poder?

Trabajemos juntas, yo te acompaño: tomemos un té virtual, vayamos de paseo o de viaje. Sin miedo, con alegría, buscando lo que a tí te va bien.

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