Los cambios psicológicos en la menopausia: la introspección.

¿Por qué nos da tanto miedo afrontar la necesidad de introspección en la menopausia?

¿Por qué lo vemos como algo negativo en lugar de entenderlo como el paso previo a algo nuevo?

Un día de agosto, durante una firma de libros de Mi amiga Meno y yo, en una librería emblemática e histórica que tuvo que cerrar por falta de lectores, se me acercó una mujer exuberante. Con muchas curvas y un vestido negro que parecía fresco y se le ceñía al cuerpo justo allí donde debía. Llevaba el pelo rubio teñido, tenía los ojos verdes y respiraba un aire de gitana sin oros. Era elegante y dulce en su modo de hacer.

 

Me contó que ella no había recibido aún a Meno, a la menopausia pero que era muy consciente de que su amiga Peri Meno (Perimenopausia) le rondaba desde hacía tiempo. Una de las cosas que le estaba sucediendo era que llevaba una temporada larga peleándose con sus amigas. Le costaba aceptar ciertos comportamientos que antes le resultaban normales. Le dije que los cambios en el modo de pensar y en las relaciones eran algo muy normal en la menopausia y perimenopausia. Que los cambios psicológicos ligados a los cambios hormonales y a la disminución de estrógenos son tan importantes en la mujer, que esta puede llegar a dar vuelcos decisivos en su vida.

Me gusta pensar que cuando una mujer en menopausia logra realizar estos cambios es porque, en la búsqueda de su bien, está logrando alinear su esencia con su vida. A veces se trata simplemente de hacer coincidir conceptos que parecen muy similares, tales como: el “y tú qué haces” versus el “y tú a qué te dedicas”. Otras veces, se trata de mostrar quien eres mediante tu comportamiento, pues tus acciones mostrarán más de lo que piensas que tus palabras. Parece sencillo. Y en realidad es una gran oportunidad de ser honesta contigo misma, que implica algo de introspección antes de llegar a alcanzar el crecimiento personal que la menopausia te brinda.

Esa mujer que conocí en la librería, estaba muy preocupada porque además de estarse quedando con cada vez menos amigas, ahora necesitaba pasar mucho tiempo a solas. Cosa que nunca antes le había sucedido. Le dije que sus órganos estaban cambiando por dentro, sus ovarios, su útero, su matriz, sus venas, sus arterias, sus huesos e incluso su cerebro. Le conté que tenía muchísimo sentido que las cosas ya no le encajaran como antes. Que ese proceso interno no era ninguna tontería, que fisiológicamente, realmente ocurría. Y entonces, le planteé lo siguiente:

  • ¿Imaginarías a una serpiente mudando su piel en medio de un prado a la vista de todos los depredadores, así, en ese momento tan vulnerable?

Dijo que no, que no lo imaginaba.

  • Pues claro, la serpiente lo hará en su cueva, escondida y a salvo. Vulnerable, pero jamás tonta.

Cuando hablo con mujeres, descubro que muchas no quieren saber absolutamente nada sobre menopausia. Algunas son tan orgullosas que no quieren entender que Meno es mucho más que sofocos. Otras me escuchan con atención y hacen grandes descubrimientos como este, que sucedió en una presentación de mi libro que hice en un lugar de la provincia de Huesca, España:

Dos mujeres del pueblo me explicaron que habían dejado de tratarse durante un tiempo porque ambas no se soportaban. Que fue de repente, fruto de algunas conversaciones subidas de tono que no les representaban. Una de ellas me explicó después de la charla que creía no haber sentido ningún cambio durante su menopausia, hace ya algunos años, pero que al escuchar mi conferencia, había entendido el porqué de su necesidad de darse espacio en la relación con su vecina y amiga del pueblo. Reconoció también, que quizás su Amiga Meno había sido un poco arisca y solitaria durante un tiempo.

Me emocioné al oír como se sinceraba con su vecina diciéndole:

  • Oye, pues quizás sí que me pasó algo con mi cambio hormonal y por eso fui tan antipática contigo.

 

Eso fue muy bonito.

Las conversaciones con vosotras me hacen vibrar, ponen en la misma línea lo que hago y lo que pienso. A pesar de llevar ya 6 años con mi menopausia precoz, todavía siento que algo sigue adaptándose en mi interior. Y vosotras también formáis parte de mi cambio.

Y quisiera decirte a ti otra cosa más: si nadie más en tu círculo de familiares o amigos te lo dice hoy, eres preciosa, inteligente y sabia. Que estás en un proceso maravilloso, quizás incómodo o doloroso, pero te aseguro que vas a alcanzar más poder del que imaginas. Espero que este mes sea todo lo que quieres que sea.

 

4 comentarios
  1. Conxi
    Conxi Dice:

    Me alegro Carla, saber de estas experiencias prácticamente jamás contadas, pues me siento completamente identificada con la meno y menos bicho raro, lo expresado para mi es total.
    Muchas gracias!
    Conxi

    Responder
    • Carla Romagosa
      Carla Romagosa Dice:

      ¡Cuánto me alegro! Gracias por comentar. Un abrazo

      Responder
  2. Ana Beutelstein
    Ana Beutelstein Dice:

    Totalmente, la meno o perimeno es un momento de introspección y crecimiento como mujer que debemos aprovechar al máximo. Chicas, nos hace LIBRES!!!
    Un abrazo fuerte fuerte
    Ana

    Responder
    • Carla Romagosa
      Carla Romagosa Dice:

      Así, es. Muchas mujeres lo entienden como un camino hacia la libertad: hormonal, personal, psicológica, laboral… Cada una en la faceta de más peso en su vida. Si aun no has leído mi libro, te lo recomiendo, es un concepto decisivo para mi.
      Un abrazo,
      Carla

      Responder

Dejar un comentario

¿Quieres unirte a la conversación?
Siéntete libre de contribuir!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *